El estudio revela que las empresas sociales en el Perú han dependido en gran medida de sus fundadores, amigos y familiares para financiar sus negocios. Aunque muchos entrevistados han recurrido a bancos y a otras instituciones financieras oficiales del Perú para solicitar financiamiento, pocos lo han obtenido. El acceso al financiamiento de las empresas sociales por parte de las instituciones financieras formales del Perú está particularmente limitado en el caso de las compañías en etapa inicial.
El acceso al financiamiento de las empresas sociales procedente de los fondos de impacto internacionales también se ha visto limitado por la preferencia demostrada de tales fondos para las compañías en etapa de crecimiento y para las compañías maduras con una larga trayectoria financiera positiva. Las inversiones de los inversionistas de impacto en el Perú se han centrado en los servicios financieros. Sin embargo, en los últimos años, si bien las inversiones en este sector se han mantenido estables, las inversiones han ido aumentando en la agricultura y en otros sectores.
A nivel global, los objetivos de desarrollo sostenible (ODS) proporcionan un marco general para comprender los ecosistemas de emprendimiento social. Los objetivos vinculan a los emprendedores sociales con la inversión de impacto, haciendo notar sus mandatos similares. Con el fin de cumplir su misión, los emprendedores sociales deben integrarse en un ecosistema más amplio que incluya al Gobierno, los inversionistas, las incubadoras, las aceleradoras y las redes de conocimientos. Frente a ese telón de fondo, el ecosistema de emprendimiento social en el Perú es incipiente. Los programas y las organizaciones importantes de los sectores público y privado son relativamente nuevos, como Startup Perú, Innóvate, Concytec, Kunan y Protagonistas del Cambio de la UPC.
En resumen, el desafío para las empresas sociales en el Perú es que el ecosistema de emprendimiento social en el Perú es incipiente y carece de fuentes de financiamiento flexibles, pacientes, catalizadoras y tolerantes al riesgo, en particular para las empresas en etapa inicial fuera de los sectores de los servicios financieros y la agricultura.